El Impacto de una justicia por sorteo en el comercio exterior y la inversión extranjera
La reciente decisión del Senado mexicano de recurrir a un sorteo por tómbola para renovar jueces y magistrados en el Poder Judicial, ha suscitado preocupación a nivel tanto nacional como internacional, en razón de que la imagen que proyectamos hoy en día, ante el mundo no es la de una nación que prioriza el fortalecimiento institucional, sino la de un país que está arriesgando la estabilidad de su sistema judicial por métodos que, aunque innovadores, resultan inadecuados para la magnitud de la tarea. Esta medida, vista por algunos como una forma de garantizar imparcialidad, ha encendido alarmas sobre la solidez de las instituciones mexicanas, proyectando una imagen de incertidumbre y fragilidad institucional.
Preocupaciones sobre la estabilidad institucional: El impacto de un sistema judicial por sorteo
Las consecuencias para el comercio exterior pueden ser de proporciones descomunales, es bien sabido que el comercio exterior se sustenta en la confianza y la previsibilidad de los marcos normativos y judiciales de los países que participan en las transacciones internacionales. México, como uno de los principales actores en tratados de libre comercio como el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) y otros acuerdos regionales, debe ofrecer garantías de estabilidad legal y protección a los derechos de las empresas e inversionistas extranjeros.
Al instaurar un proceso de selección de jueces y magistrados basado en el azar, México podría transmitir una imagen de debilitamiento institucional que, en el ámbito comercial, podría traducirse en inseguridad jurídica. Las empresas que dependen del marco regulatorio mexicano para operar necesitan certeza de que los conflictos comerciales se resolverán con base en la ley, no en decisiones improvisadas o carentes de profundidad. Este tipo de incertidumbre podría afectar negativamente la atracción de nuevos socios comerciales y la estabilidad de los tratados existentes.
Riesgos para la confianza internacional y acuerdos comerciales
Un sistema judicial que se percibe como inestable, con jueces seleccionados por un método tan aleatorio como una tómbola, puede poner en riesgo la confianza que otros países depositan en la capacidad de México para cumplir con sus obligaciones de cualquier índole. Si los socios comerciales perciben que las controversias o los litigios no serán resueltos por jueces seleccionados con base en méritos y experiencia, sino por azar, podrían reevaluar su relación con México, lo que afectaría la continuidad de cualquier acuerdo comercial. En el peor de los escenarios, países que participan en tratados con México podrían considerar invocar mecanismos de resolución de controversias internacionales, debilitando la posición de México en futuras negociaciones.
Inversión extranjera: incertidumbre y desconfianza
La mejor receta para ahuyentar la inversión extranjera directa (IED) es: la incertidumbre más la desconfianza, y de eso tenemos mucho en México, de hecho, nos sobra. Para que los inversionistas internacionales decidan apostar por un país, deben estar convencidos de que existe un entorno legal previsible que proteja sus intereses. Si bien la medida del sorteo por tómbola podría interpretarse como un intento de reducir la influencia política en el Poder Judicial, también podría interpretarse como una señal de improvisación y falta de control sobre uno de los poderes más importantes del Estado.
Inversionistas de sectores clave como el energético, manufacturero y tecnológico observan con detenimiento la solidez de las instituciones judiciales en los países donde operan. La estabilidad jurídica es esencial para garantizar que los contratos sean respetados y que los litigios se resuelvan con transparencia. Un Poder Judicial que se percibe como poco profesional o arbitrario, por decisiones de personal designado por azar, corre el riesgo de espantar a los capitales extranjeros, quienes podrían optar por trasladar sus inversiones a otros países con marcos legales más confiables y robustos.
Más allá de los impactos comerciales y económicos directos, las relaciones diplomáticas de México también se están viendo afectadas por la percepción que los países tienen sobre la fortaleza de sus instituciones democráticas. La justicia es uno de los pilares fundamentales de cualquier Estado de derecho y, si los socios internacionales perciben que México, está debilitando su sistema judicial, esto puede afectar la confianza general en la capacidad del país para mantener relaciones diplomáticas sólidas, esta nueva reforma es una forma de auto excluirse del mundo.
Además, México tiene un historial como promotor de la democracia y el Estado de derecho en la región de América Latina, y nuestra historia está marcada por la lucha constante para mejorar nuestras instituciones. Un cambio hacia un sistema de selección judicial aleatorio podría minar esa imagen y afectar las alianzas estratégicas que se han construido sobre la base de valores compartidos en cuanto a la gobernanza y la justicia.
Urgencia de revisar el camino
La implementación de un mecanismo de sorteo para la designación de jueces y magistrados, aunque pueda estar bien intencionada, tiene implicaciones profundas que van más allá del ámbito nacional por lo que es vital que el país revise este tipo de decisiones y considere las posibles consecuencias de cara al comercio exterior, los tratados internacionales y la inversión extranjera. La fortaleza de las instituciones judiciales, no solo es crucial para garantizar justicia dentro del país, sino también para asegurar que México continúe siendo un actor confiable en la economía global.
El Poder Judicial es el corazón de cualquier democracia, su independencia y capacidad son fundamentales para asegurar que la justicia se administre de manera equitativa. Desde fuera, es difícil entender cómo un sistema tan complejo puede dejarse en manos del azar, cuando la justicia, más que nunca, necesita manos expertas. Esta tómbola, disfrazada de buenas intenciones, proyecta una imagen de improvisación que no podemos darnos el lujo de tolerar.
México debe reflexionar sobre cómo queremos ser vistos. No somo un país sin historia, ni tradición jurídica; por el contrario, somos una nación que ha luchado por consolidar su democracia y fortalecer su Estado de derecho. Si queremos que el mundo nos vea como una nación sólida y justa, debemos actuar como tal, fortaleciendo y respetando, nuestras máximas instituciones jurídicas.
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